El rol del Coordinador de Bienestar
El Español entrevistó a Ana Enguita, quien ha asumido este nuevo rol en el colegio CEU San Pablo de Montepríncipe, del que ha sido Orientadora durante 14 años.
«Ayer tuvimos reuniones informativas con los padres para explicar todo el cambio que hay con la reforma de la Ley Educativa, que están un poco preocupados...» María José Bello, directora del Colegio CEU San Pablo de Montepríncipe, confirma a EL ESPAÑOL lo que ya se sospechaba: que hay desconocimiento y mucha inquietud ante esta vuelta al cole. «Es un tema que repercute en la formación de nuestros niños, que son lo más importante que tenemos en la vida», señala Bello.
EL ESPAÑOL ha vivido la primera jornada escolar -que es también el primer día de este nuevo puesto- junto a una coordinadora de bienestar para intentar arrojar algo de luz sobre su pertinencia.
Encontramos a Ana Enguita, coordinadora de bienestar del CEU San Pablo de Montepríncipe -uno de los 100 mejores colegios privados de España según el ranking de EL ESPAÑOL- en un aula que funciona como metáfora de lo que es en realidad este nuevo puesto de coordinador de bienestar: como despacho para una sola persona es enorme -«aquí se hacían antes los exámenes», revela Enguita. Hay cajas y sillas amontonadas y obreros acá y allá, que todavía está por montar el aire acondicionado. No se puede decir, desde luego, que no sea espacio donde pueda desarrollar bien su trabajo, al contrario, por más que esté por acabar. La improvisación del entorno se cuela en la meticulosidad con que trabaja Ana.
Tanto espacio y, sin embargo, Ana Enguita está en su esquinita, con su mesa de siempre, sus papeles de siempre, y casi que sus labores de siempre. Cambia el envoltorio, pero su trabajo viene a ser el mismo. Los últimos 14 años ha sido la orientadora de este centro. «Yo soy psicóloga, hice la especialidad de Infantil en la Complutense, y sí, es el primer año que tengo el nombre de coordinadora de bienestar, pero realmente es igual que una orientadora», cuenta Enguita.
¿En qué consiste?
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia inventa el puesto de «Coordinador o Coordinadora de bienestar y protección» en su artículo 35, dentro del capítulo IV: Del ámbito educativo.
En su primer punto, establece que «todos los centros educativos donde cursen estudios personas menores de edad», ya sean públicos, concertados o privados, deberán contar con esta persona en su plantilla. En su segundo punto, dice que «las administraciones educativas competentes determinarán los requisitos y funciones que debe desempeñar el coordinador» y si «estas funciones han de ser desempeñadas por personal ya existente en el centro escolar o por nuevo personal».
No se dan más detalles sobre la formación que debe tener esta persona, por lo que muchos sindicatos han protestado. «Es una figura improvisada y sin negociarse», se quejaban desde CSIF. «Además de coordinador de bienestar, tiene que ser el tutor de un curso completo», explicaba a este periódico el director de un colegio de Castilla-La Mancha, haciendo referencia a la solución a la que han llegado en algunos centros: endosarle el ‘papelón’ al profesor de Geografía o de Matemáticas, ante la falta de recursos para contratar nuevo personal. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, la educación secundaria ha sufrido un recorte de más de mil profesores para este curso.
En el CEU San Pablo de Montepríncipe no han tenido este problema. El equipo de orientación del centro cuenta con cuatro psicólogas, cada una centrada en una etapa educativa, y Ana es quien gestionará todo el equipo. Enguita analiza para EL ESPAÑOL las principales funciones cuyo desempeño deberá garantizar el coordinador de bienestar según la ley:
- – Promover planes de formación sobre prevención, detección precoz y protección.
«Eso es lo que hemos hecho siempre, afirma Enguita». En el CEU cuentan con un plan específico de prevención: el Plan AVE, que explica qué es el acoso escolar, la estrategia de prevención, identificación e intervención, y se presenta como guía de actuación para las familias.
La manera en que se da el ‘bullying’ en la actualidad está muy ligada a las redes sociales. El equipo de Enguita prepara materiales para que los tutores puedan trabajar esta problemática en el aula. «Lo que quieres es que el niño no solamente aprenda Lengua o Matemáticas, sino que sea buena persona, tolerante, que sepa relacionarse con los demás. Puedes tener un alumno con una adolescencia muy fuerte, pero trabajamos desde que son chiquititos con las familias para evitarlo. Si solo dependiera de los colegios, estamos perdidos» piensa Enguita.
La Coordinadora de Bienestar explica que hay varias formas de detectar rápidamente un caso de ‘bullying’: «A veces son los compañeros que vienen y te dicen: ‘Ana, a este compañero le está haciendo la vida imposible’, otras veces son los padres, o un profesor. La opción menos probable, por desgracia, es que sea la propia víctima la que acude buscando ayuda.«
– Que estos planes estén dirigidos tanto al personal como al alumnado, y ofrecer formación a madres y padres.
«En realidad, esto también se hacía antes a través de las escuelas de padres. Nosotros lo organizamos mucho con la asociación de padres del colegio y el Ayuntamiento de Boadilla», cuenta Enguita sobre la formación.
Enguita y sus compañeras estuvieron recibiendo formación sobre estos asuntos durante el mes de julio y en octubre empezarán a transmitirles estos materiales e información al resto de profesores del colegio, que superan la centena.
- – Promover medidas que aseguren el máximo bienestar para los niños.
«Siempre hemos querido que el niño se sienta bien en el colegio, que sea un espacio agradable, donde aprendan, crezcan y construyan relaciones de amistad verdaderas.»
Para ello, preparan dinámicas sociales. Ahora, al principio del curso, tienen una para que todos los alumnos se conozcan, especialmente los nuevos, que son más de 100 cada año. Además, hay semanas enfocadas en trabajar actitudes como el respeto, la empatía o el asertividad.
- – Fomentar entre el personal del centro y el alumnado la utilización de métodos alternativos de resolución pacífica de conflictos.
Este punto también saca una sonrisa de Enguita: «¿Qué son métodos alternativos?», se pregunta.
«Si se diese el caso de una situación de acoso, el centro cuenta con un régimen sancionador y los alumnos tienen que aprender que todo acto tiene una consecuencia, pero ¿métodos alternativos? Gracias a Dios, podemos hablar y llegar a hacernos entender.»
Ana explica que los métodos de resolución de conflictos no han cambiado en los 14 años que lleva trabajando en el colegio. No así la situación social, las familias o la estabilidad.
Los alumnos utilizan el teléfono móvil más allá de los límites del colegio. «Si hay algún problema fuera del colegio con nuestros alumnos, nos entrevistamos con todos los alumnos implicados en la situación. Mantenemos entrevistas con sus familias y trabajamos juntos para solucionar estos conflictos y generar entre ellos un clima de confianza y de respeto.»
Los principales problemas llegan con redes sociales como lnstagram. Para evitarlo, la Guardia Civil les da charlas.
– Fomentar que en el centro educativo se lleva a cabo una alimentación saludable y nutritiva.
«Sí que es verdad que promovemos la alimentación saludable, les decimos que no traigan bollería industrial para el almuerzo, mejor un bocadillo de los de toda la vida». Una iniciativa que han estado desempeñando a este respecto los últimos años es, en Infantil, dar la consigna de que no lleven nada de comer para celebrar los cumpleaños. O, si traen, que sean brochetas de frutas, que están muy bien, matiza.
En el comedor del colegio siempre hay verduras o ensaladas, pero es el equipo médico y de nutrición de la universidad el que ayuda a hacer los menús a los cocineros.
– Fomentar la diversidad
«En nuestro modelo, educamos a nuestros alumnos en el respeto y el amor al prójimo, sin hacer distinciones, como colegio católico que somos» explica Ana.
Una medida polémica
La figura del Coordinador de Bienestar no ha estado extenta de polémica en el ámbito político. Para Ana Enguita, «hay cosas que, por sentido común, son lógicas. Es como la figura de un director, que es evidente que tiene que haberlo». Es decir, no se puede estar en contra de una serie de cuestiones como la prevención del ‘bullying’ o educar en el respeto a la diversidad. Sin embargo, la ley no ha venido acompañada de medidas concretas para atajar el problema de raíz. Para impulsar una medida tan necesaria haría falta dotar a los centros de recursos y la colaboración activa de las autonomías. No todos los colegios cuentan con las infraestructuras y las dinámicas del CEU San Pablo Montepríncipe, donde hay hasta cuatro psicólogas y, aún así, Enguita prevé una carga de trabajo mayor este curso.
En breve comenzarán las entrevistas con los alumnos nuevos; también con los padres que ya han llamado para pedir cita. Mientras los políticos discuten sobre cosas nuevas que suenan a antiguo, ella está a lo de siempre: ayudar a que esos 1.370 niños y niñas estén lo mejor posible.