Pensamiento crítico y TBL: claves para un aprendizaje integral y de futuro

El pensamiento crítico es una de las bases del programa educativo de los Colegios CEU, con el que formamos a los líderes del futuro. Hoy por hoy, la innovación educativa apuesta por poner las competencias en el centro. Entre ellas destaca el pensamiento crítico.
Robert Swartz es el responsable del Aprendizaje Basado en el Pensamiento (TBL), un experto en educación que ha inspirado nuestro modelo. El pensamiento crítico es una habilidad cognitiva a la que da una importancia primordial en esta nueva forma de aprender. Según el blog de EduCaixa, se desarrolla a través de procesos como son “conceptualizar, comparar, aplicar, analizar, inferir y sintetizar”.
La ventaja de que nuestro alumnado desarrolle esta habilidad es que llegará a pensar de forma crítica y por sí mismo. Además, con esto podrá mejorar su rendimiento académico y tomar mejores decisiones en el futuro, tanto en su vida personal como profesional.
Un aprendizaje nuevo orientado al futuro
Robert Swartz siempre ha sido muy crítico con la enseñanza clásica basada en la memoria y la repetición. Para desarrollar las habilidades del pensamiento crítico lo que hay que hacer es fomentar hábitos y habilidades que estimulen el pensamiento de orden superior.
Estas son las tareas de nuestros educadores para formar a alumnos críticos y autónomos:
- Promover el aprendizaje significativo. Con él los estudiantes entienden y relacionan la información nueva que reciben con los conocimientos que han adquirido con anterioridad. Es una forma de aprender activa, motivadora y duradera, que fomenta la investigación y el debate.
- Poner al alumno en el centro de su aprendizaje. Los alumnos son los protagonistas de su propio aprendizaje. Así, al trabajar por proyectos y de forma cooperativa, se da más importancia al mismo proceso de aprender que al resultado del trabajo.
- Emplear herramientas gráficas que fomenten la capacidad de síntesis y análisis.
Un hábito para toda la vida
Sin duda, el gran beneficio de estimular desde los primeros años el pensamiento crítico es que les acompañará siempre, porque el TBL es un método de aprendizaje profundo con el que se aprende a pensar.
Pero, ¿cómo es un pensamiento realmente eficaz? Robert Swart lo cuenta en su obra «El aprendizaje basado en el pensamiento. Cómo desarrollar en los alumnos las competencias del siglo XXI», indicando tres elementos fundamentales:
- Destrezas del pensamiento: que serán utilizadas a través de la reflexión y la estrategia.
- Hábitos de la mente: con ellos, los alumnos podrán tomar decisiones, argumentar, realizar análisis, críticas y propuestas creativas.
- Metagognición: les permite manejar las destrezas y los hábitos según la valoración que hagan de lo que se les pide y cómo pueden conseguirlo.
Otra forma de plantear las clases
Con el TBL el papel del profesor cambia: se convierte en un guía que propone retos a los alumnos. A través de estos retos aprenderán a pensar, analizar, contrastar, clasificar, formular hipótesis y debatir. De esta manera enfocan hacia la resolución de problemas su pensamiento crítico, analítico y creativo.
A través de este trabajo, el alumnado va formando el hábito del pensamiento crítico, hasta llegar a automatizar sus procesos. Con ello, tendrán la capacidad de reflexionar de formas distintas y alcanzar sus metas, utilizando sus habilidades.