La importancia de aprender a trabajar en equipo desde los primeros años
En los Colegios CEU creemos en la importancia de inculcar a nuestros alumnos desde una edad temprana el valor del trabajo en equipo. Son muchos los beneficios para su desarrollo personal: no solo se convierten en niños y adolescentes más sociables y colaborativos; también son más capaces de resolver problemas.
Para lograr este objetivo, los estudiantes trabajan en pequeños grupos colaborativos. En ellos tienen la posibilidad de practicar y desarrollar habilidades a través de la observación y la reflexión sobre actitudes y valores que, de forma tradicional —expositiva—, difícilmente podrían ponerse en acción. La organización, el liderazgo, la comprensión de la realidad y el juicio crítico son algunas de las competencias que van adquiriendo en este proceso.
El valor del trabajo en equipo no solo radica en el resultado final, sino también en cada una de las fases implicadas. Estas van cambiando según la etapa educativa, ya sea si forman parte de Infantil, Primaria, ESO o Bachillerato. Mientras que los más pequeños pueden reunirse en conjunto para trabajar la psicomotricidad, los más grandes pueden hacerlo para desarrollar proyectos de emprendimiento. Un claro ejemplo de ello es el concurso nacional Junior CEU Emprende.
Sin duda, se trata de una forma innovadora de adquirir conocimientos centrada en el propio estudiante, que se enmarca dentro del programa general de Aprendizaje en base a Proyectos (ABP). Este modelo educativo parte de un problema real del conocimiento previo del alumno, a partir del cual se identifican las necesidades de aprendizaje, se busca la información oportuna y finalmente se regresa al problema para aportar una solución.
El valor del trabajo en equipo en el mundo actual
La capacidad de trabajar de forma cooperativa con otras personas es muy valorada en el mundo de hoy, cada vez más cambiante y complejo. Creemos que, si nuestros niños y jóvenes saben cómo relacionarse en colectivo desde pequeños, estarán más preparados para enfrentarse a la vida universitaria y profesional. En ella esta destreza es sumamente valorada porque ayuda a construir relaciones de confianza, a establecer objetivos comunes, a motivar el compromiso mutuo e impulsar la comunicación, entre otras ventajas.