Día Mundial del Comercio Justo: ética y sostenibilidad, de la mano
El sábado 11 de mayo se celebra en todo el mundo el Día del Comercio Justo. Es una jornada de reivindicación y denuncia y también de celebración, porque el consumo ético cada vez gana más adeptos. Pero todavía hay millones de personas en países pobres —entre ellas muchos niños— que viven explotadas, trabajando sin descanso y por sueldos miserables para elaborar productos que consumimos en los países ricos. Hablamos de alimentos, ropa, móviles…
Desde el Comercio Justo se lucha para erradicar la pobreza y la explotación infantil y laboral. Además, se establece un compromiso con el medio ambiente, con el desarrollo de las poblaciones locales y con el fomento de relaciones comerciales equitativas, en el que los productores reciben un pago justo por su trabajo.
Esta jornada es una buena ocasión para mostrar a nuestros niños y adolescentes que nuestras decisiones de compra tienen mucho peso. Practicar el consumo responsable no solo beneficia a las personas trabajadoras en regiones menos favorecidas; también es garantía de que aquello que compramos se ha elaborado siguiendo unos estándares muy exigentes a nivel medioambiental. Además, el Comercio Justo promueve la escolarización de los niños y niñas de estas poblaciones, empodera a las mujeres y facilita oportunidades económicas a muchas familias. Es, en definitiva, una herramienta muy útil para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Podemos introducir poco a poco este tipo de productos en la cesta de la compra habitual. Son, además, de muy buena calidad. Es el caso del café, el cacao y el té, pero también hay muchos otros de consumo habitual, como el arroz, los cereales, el azúcar… además de productos de cosmética, limpieza del hogar y textiles. Muchas grandes superficies ofrecen ya esta alternativa en sus establecimientos. Ante la duda, lo mejor es consultar la web de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, para localizar en dónde podemos adquirir productos éticos.
En el Colegio CEU Jesús María educamos en valores. La justicia y la solidaridad son el fundamento de un mundo en paz, por eso potenciamos entre nuestros alumnos el ejercicio del voluntariado. A este tipo de proyectos podemos unir pequeñas decisiones cotidianas que se pueden hacer en familia. Con ello los más pequeños comprenderán el valor de las cosas, sabrán cuántas personas hacen posible los objetos que compramos, qué sucede con ellos cuando ya no nos sirven, cómo influye nuestra forma de consumir en el entorno… Además, así estaremos aportando nuestro granito de arena con gestos muy sencillos para que el mundo sea un poco mejor.