Cómo contrarrestar el argumento «¡lo quiero porque todo el mundo lo tiene!»
Catherine L’Ecuyer, investigadora y autora sobre educación, fue la invitada de un nuevo CEUtalks, espacios de puesta en común y reflexión de la mano de los mejores expertos en educación y profesionales de éxito.
En su intervención, esta experta nos habló sobre la importancia de educar en el asombro y en la belleza. “Una de las preguntas que más escucho es: “Quiero esa tablet o ese smartphone porque todo el mundo lo tiene”.
Esa pregunta es actual, especialmente en un momento en que nuestros hijos están a punto de hacer el borrador de su carta a los Reyes Magos.
Catherine L’Ecuyer nos ofreció en su conferenciaseis ideas para contrarrestar el argumento «¡lo quiero porque todo el mundo lo tiene!»
Primero, no es verdad que todo el mundo lo tiene. “Hemos de ayudarles a hacer estadísticas para saber realmente cuántos lo tienen”. “¿Cariño, hay alguien en tu clase que no tiene móvil?” Y entonces empezarán a acordarse. Y podemos ir un paso más lejos. “¿Por qué tú crees que esos niños no tienen?”.
Segundo, hemos de ser muy valientes y tener muy claro como padres que si cedemos, ¡que no sea nunca con ese argumento! Los niños tienen que entender que esa postura carece de personalidad y de fuerza. Tienen que desarrollar intereses propios, originales, optar por explorar sus talentos y habilidades en vez de jugar al absurdo juego del seguidismo.
Tercero, hemos de introducir a nuestros hijos a todos los juguetes y películas, antes de que se enteren por sus amigos (a partir de los 6 años, antes no será necesario). “Es mil veces mejor ver el tráiler de una película infantil con mamá, y comentarlo en casa, que oír hablar de esa película en el patio, sin saber de qué va. Nuestros hijos tendrán así un criterio informado”.
Cuarto, reducir el número de competidores que interfieren con los criterios de los padres. “Y aquí hablamos entre otras cosas de la televisión y de los catálogos de juguetes que llegan a nuestros hogares en esos tiempos pre Navidad. En mi casa, pasan del buzón al cubo de reciclaje, directamente”.
“Lo que es comercial no necesariamente es lo mejor, y muchas veces interfiere con nuestros criterios educativos y hace más difícil nuestra tarea de educar”. Según la profesora de psiquiatría de Harvard, Susan Linn, una familia no puede competir con una industria que gasta 12000 millones al año en bombardear a los niños con estrategias comerciales y de marketing. “Y pregunto yo, ¿con la televisión apagada, no será más fácil?”, comenta Catherine L’Ecuyer.
Quinto, acompañar al niño mientras hace su carta a los Reyes. “Olvídate de lo que todo el mundo tiene. ¿Qué es lo que más te gustaría pedir a los Reyes? ¿Por qué?”.
Sexto, hemos de educar a nuestros hijos en la lectura. Los contenidos frenéticos y los juguetes con botones los apalancan y los convierten en sujetos pasivos. Un niño que no lee es un niño abocado al conformismo, al pensamiento único, sin imaginación.
Según la autora de libros como “Conversaciones con mi maestra” o “Educar en la realidad”, existe una relación entre el consumo de tecnología y problemas como la impulsividad, la inatención o la reducción de vocabulario, y recuerda que la Academia Americana de Pediatría recomienda que los menores de 2 años no vean nada de pantallas y los menores de 5 no más de una hora al día.
“Cuando un niño utiliza una tecnología rápida se produce algo en su cerebro, genera dopamina, que es algo placentero. Como esos niños están acostumbrados a sentir ese placer, cuando dejan de tenerlo se sienten inquietos y aburridos”, añade.
“En definitiva, aprovechemos esta época tan bonita, en la que los niños están a la espera de algo grande y misterioso, para rodearlos de belleza, de excelencia. Y poco a poco, nuestros hijos se negarán a dejarse llevar por las absurdas modas y serán verdaderos protagonistas de su educación. Eventualmente, son los que irán cambiando el tono del patio del colegio, y de la sociedad en general”.