La autoestima nos da confianza en nuestra capacidad de pensar y de hacer. Así, seremos capaces de enfrentarnos a los retos del día a día, y desarrollaremos la capacidad para ser felices. La autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos, que variará según circunstancias internas y externas. Es clave para nuestro estado de ánimo, así como la forma de actuar y conducirnos. Ha de ser realista, basada en una valoración de nuestras capacidades y éxito que no sea exagerada, pero tampoco negativa.
Según Nathaniel Branden, psicoterapeuta especialista en la psicología de la autoestima, son seis:
Puesto que es así de importante, es imprescindible trabajar la autoestima de niños y niñas en el aula, y hacerlo desde los primeros años. Así estaremos potenciando la inteligencia emocional, que resulta fundamental para su equilibrio psicológico y sus éxitos personales y académicos.
Quererse y aceptarse tal y como se es y ser conscientes del propio valor es clave para que los más pequeños se sientan seguros, confiados e importantes. Así, serán capaces de pedir ayuda sin que suponga un problema, se comunicarán con habilidad y establecerán relaciones sociales sanas. Una autoestima fuerte es el mejor antídoto contra la timidez, la desconfianza y la falta de creatividad.
Es tarea de educadores y de las familias observar el comportamiento y las actitudes de niños y adolescentes para detectar cambios emocionales, animarles a afrontar retos y acompañarles en la toma de decisiones. En las aulas se pueden plantear múltiples propuestas educativas para potenciar el desarrollo de la autoestima a través de juegos, cuentos y trabajos colaborativos. Pero es fundamental tener en cuenta estos puntos para el día a día:
Fomentar la autoestima infantil es clave para que nuestros niños y niñas se conviertan en adolescentes seguros de sí mismos, confiados, saludables y felices. Todo esto redundará en un desempeño académico brillante, la base para un futuro profesional de éxito.