¿Cómo educar para afrontar el mundo virtual?
El diario El Mundo ha publicado un artículo de Beatriz G. Portalatín, exalumna del Máster de Periodismo de la Universidad San Pablo CEU. En él explica cómo enfrentar la educación en el uso responsable de la tecnología. Periodista también licenciada en Psicología con un postgrado en Psicología de la Actividad Física y de la Salud, señala una idea clave: el ejemplo de los padres es vital.
Los niños y el acceso a la tecnología
La autora indica que, si bien nuestros hijos son nativos digitales, por encima de todo son niños. Según el Estudio General de Medios (EGM), el 64,2% de los menores de entre 4 y 13 años navega desde todo tipo de dispositivos. Hace 5 años el porcentaje era de 57,4%. Además, ya hay niños de menos de 2 años que saben buscar vídeos en los teléfonos de sus padres. Y eso a pesar de que a esta edad no deberían interactuar con pantallas, ni siquiera la televisión.
Es a partir de los 3 años que debemos comenzar a educarles en el uso responsable de las pantallas. Es el momento para empezar a establecer, adaptándose a su edad, normas relacionadas con los contenidos y el tiempo de uso de la tecnología, según opina María Salmerón Ruiz, de la Asociación Española de Pediatría.
Según esta experta, la educación ha de ser compartida por los padres hasta la adolescencia. A partir de entonces deben tener más autonomía, aunque eso no resta que se vigile de forma cercana y regular lo que hacen en la red. El acompañamiento en cada etapa de aprendizaje es muy importante. En esta línea, Beatriz señala en el artículo cómo gestionar la educación según los tramos de edad.
Un estudio del CEU
En el artículo también se menciona un estudio llevado a cabo por profesionales de la Universidad CEU San Pablo y de la Universidad de Valladolid. Para elaborarlo se entrevistaron a 765 familias de Madrid con niños de Infantil, Primaria y Secundaria. Según las conclusiones, aquellos padres que ponen menos restricciones en Internet ayudan a que sus hijos tengan las habilidades críticas más desarrollas. Pero esto no significa que tengamos que eliminar ni la supervisión ni el control, solo que es necesaria una correcta educación en responsabilidad, como indica una de las autoras del estudio, María Sánchez Valle.
Son los padres quienes tienen la responsabilidad de ayudar a los niños a elegir los contenidos más adecuados. Es una opinión de Alejandro Perales, técnico asesor de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, que se refleja en el artículo. El experto también opina que hay que enseñar a los niños a reconocer qué sitios no son adecuados, así como a proteger sus datos personales y los de la familia. También en tener mucha prudencia a la hora de establecer relaciones a través de Internet.
Este apoyo y observación no sería posible sin una actitud colaborativa dentro de la familia. Hay que poner límites razonables y explicárselos, pero no caer en la demonización de Internet. Una relación de confianza es muy importante, porque si los niños no perciben que los padres son sus aliados, tenderán a ocultar lo que hacen en la red.
La mediación de los padres para un uso seguro de Internet
Manuel Ransán, coordinador de IS4K, el área de seguridad para los niños en Internet del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, distingue entre mediación activa (supervisión y acompañamiento) y mediación restrictiva (normas y límites).
La primera situación hace referencia a los niños más pequeños, que deben ser acompañados de forma estrecha por sus padres. Es una buena costumbre comentar a diario qué hacen en Internet, qué han visto, qué comentan con sus contactos, etc. El objetivo es identificar qué les motiva y les gusta.
Las herramientas de control parental son la clave para la mediación restrictiva. El experto reivindica la importancia del etiquetado de contenidos para que estas herramientas funcionen correctamente. Por ello exige un mayor compromiso de instituciones públicas y proveedores de servicios en Internet.
¿Cómo controlar el tiempo de uso de la tecnología?
Beatriz reúne las mejores propuestas para llegar a un acuerdo y no tener disputas en la familia: llegar a pactos, acordar con los niños los límites de horarios, marcar pautas que restrinjan el uso de móviles por ejemplo en la habitación o durante las comidas…
Con todo esto, es básico el ejemplo de los padres. Como concluye Beatriz el reportaje, “No olvidemos que los niños aprenden imitando. Nuestro ejemplo como padres es clave”.