¿Mata la escuela la creatividad?
Debemos ver en nuestros niños la promesa que son, y esto solo es posible con un sistema educativo que fomente la creatividad en vez de minarla. En este sentido, la masificación y la estandarización, sobre todo en modelos del siglo pasado, era muy frecuente. Estaban muy orientados al pensamiento convergente, a la utilización del hemisferio izquierdo del cerebro y en ese sentido, sí, claramente mataban la creatividad. Pero los nuevos modelos didácticos plantean recursos diferentes, lo que enriquece muchísimo el aprendizaje y da muchas posibilidades a los alumnos.
El modelo educativo del Colegio CEU Jesús María Alicante motiva a los estudiantes y enriquece la actividad del aula porque convierte al alumno en un elemento activo en el proceso del aprendizaje, lo cual es importantísimo. No es un elemento pasivo que escucha, memoriza y desembucha, sino que actúa y participa de forma activa en todo su proceso y genera por lo tanto conocimientos de carácter significativo, integradores.
El alumno, un elemento activo en su aprendizaje
Desde hace años, estamos trabajando en una renovación didáctica y pedagógica que nos permite desarrollar la autonomía de los grupos y de los alumnos individualmente y liberar al docente para actividades de mayor rango.
Esta individualización nos permite ir detectando el talento de nuestros alumnos y explotarlo, que es la clave. Generamos actividades diversas a través de modelos ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) o las clases invertidas, que hacen posible trabajar diversos aspectos de la inteligencia de los alumnos y ponerlos en valor en el aula.
Al ser el alumno el protagonista del proceso de aprendizaje y tener un papel activo en la elaboración del proyecto, mejora su proactividad e interés y propicia una mayor interiorización del conocimiento. Un método de trabajo que les servirá para el resto de su vida, personal y profesional.
Durante todo el proceso, el profesor acompaña y guía al alumno, otorgándole las herramientas y el apoyo necesarios para que alcance el objetivo final sin perder autonomía y evitando la dependencia del equipo docente.
El error como parte del aprendizaje
Además, para el desarrollo de la creatividad en el Colegio cultivamos otro factor clave, “la cultura del error”. Los niños se arriesgan; si algo no saben, le buscan una salida. No les asusta equivocarse. Los sistemas educativos tradicionales estigmatizan el error y, para cuando llegan a adultos, los niños han adquirido el miedo a equivocarse y han perdido la capacidad de ser creativos.
La combinación de todos estos recursos y estrategias en los nuevos modelos educativos, con metodologías activas de enseñanza que convierten al alumno en protagonista de su propio aprendizaje, es la mejor forma de despertar la motivación en las aulas. Cuando generamos un clima adecuado los alumnos están enormemente motivados.
Respeto a la persona individual
En el Colegio, la educación empieza con el respeto a la persona individual, pensante, trasformadora, moral y trascendente.
El alumno debe llegar a ser una persona indagadora, generosa, valiente, que defienda la verdad, autónoma, responsable, feliz, que brille con luz propia, un “líder con corazón” que adquiere las competencias, los conocimientos y los valores necesarios desde edades tempranas para comprender y transformar la sociedad del futuro.
El modelo educativo del Colegio incorpora también un modelo de relación con los otros, de respeto, de generar equipo, de orientarse hacia un objetivo común, cada uno desde sus habilidades concretas.